La vida de las instituciones, al igual que la de las familias o de las personas mismas, conoce de pequeños avances, dificultades, lágrimas y sonrisas, dolores y esperanzas.
Y algunas de esas oportunidades son particularmente especiales, momentos en que la vida nos devuelve en frutos los esfuerzos cotidianos: Es la época de la cosecha. Cosecha que hoy nos convoca al final de un largo año de trabajo.
Por eso es tiempo de celebración, por el orgullo de los resultados obtenidos. Es tiempo de celebración porque el empeño puesto en la tarea quedó justificado.
Es tiempo de celebración porque un grupo de personas logró convertirse en un cálido equipo que enseñó y aprendió, que dió y recibió cariño, que en definitiva todos pudimos crecer como personas.
Ahora solo queda afirmar, VAMOS POR MÁS. Entre todos podemos. Nos merecemos construir un mundo mejor que valga la pena ser vivido.
Por esta hermosa cosecha, Gracias.
O. Víctor Vedelago.
Presidente