Lamentablemente fueron muchas las razones que colaboraron para que los mayores de la familia, abuelos, tíos, padres y hasta hermanos más grandes dejaran de dedicar un rato a los más pequeños para contarles algunas historias. Esta tradición hacia que generalmente se repitieran de padres a hijos una serie de cuentos o breves historias adornadas con la inventiva de cada narrador.
Una gran cantidad de estudios realizados llegó a la conclusión de la importancia que encierra el hecho de rescatar esta costumbre perdida. Por una parte se demostró que ayuda en gran medida a mantener activa la memoria, por otra parte logra integrar a los mayores socialmente tanto con los niños como sus pares, todo esto fortalece la autoestima, haciendo que los mayores se sientan mejor, logren respeto y estrechen los lazos con los demás.
En muchos lugares se han desarrollado cursos para enseñar a los abuelos las técnicas de narrar e incluso se organizaron jornadas en las que concurren a escuelas, comedores infantiles, hospitales o institutos a demostrar lo aprendido. Los resultados fueron muy positivos. De esta manera la comunidad revaloriza a los más viejos y estos han ganado en autoestima
Hay que poner manos a la obra. Los abuelos se tienen que animar a rescatar las viejas historias aprendidas de sus mayores. Por otra parte hoy existe una infinidad de libros cargados de hermosas imágenes de los cuales se pueden extraer argumentos para ser trasmitidos.
Contar cuentos es una gran oportunidad de hacer cosas nuevas y distintas que probablemente les cambie la vida
Una gran cantidad de estudios realizados llegó a la conclusión de la importancia que encierra el hecho de rescatar esta costumbre perdida. Por una parte se demostró que ayuda en gran medida a mantener activa la memoria, por otra parte logra integrar a los mayores socialmente tanto con los niños como sus pares, todo esto fortalece la autoestima, haciendo que los mayores se sientan mejor, logren respeto y estrechen los lazos con los demás.
En muchos lugares se han desarrollado cursos para enseñar a los abuelos las técnicas de narrar e incluso se organizaron jornadas en las que concurren a escuelas, comedores infantiles, hospitales o institutos a demostrar lo aprendido. Los resultados fueron muy positivos. De esta manera la comunidad revaloriza a los más viejos y estos han ganado en autoestima
Hay que poner manos a la obra. Los abuelos se tienen que animar a rescatar las viejas historias aprendidas de sus mayores. Por otra parte hoy existe una infinidad de libros cargados de hermosas imágenes de los cuales se pueden extraer argumentos para ser trasmitidos.
Contar cuentos es una gran oportunidad de hacer cosas nuevas y distintas que probablemente les cambie la vida
" Desde que participé de los talleres de cuenta cuentos y dedico algunas horas por semana a contar en distintos lugares, entre ellos algunos geriátricos, historias muy simples que rescato de libros de literatura infantil que consulto en la biblioteca pública, siento que he mejorado hasta la movilidad. Realmente encontré una apasionante actividad que me hace sentir viva " - Dice Claudia Richetta, de 78 años de Capital Federal. "Esto ha sido muy importante para mí que nunca pude terminar la escuela primaria."
Colorín colorado... esta nota se ha acabado.... Ahora, manos a la obra.
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