Ser abuelo o abuela es una de las alegrías especiales de envejecer.
La “ABUELIDAD” es una palabra de uso reciente, seguramente
no la encontraremos en los diccionarios pero tiene un valor comparable con la
maternidad. Diría que encierra toda la tibieza de un nido; es una prolongación
de nosotros mismos a través de nuestros hijos. Un Niño dijo una vez que los
abuelos son "la raíz de la familia" y "una luz en el corazón".
Esto de transformares en abuelos no es tomado de la misma
manera para todos. Hay quienes
sienten una sensación rara de vejez, de decrepitud ("No. A mí que no me digan abuela") y otros sienten un renacer de ilusiones
dormidas. Es otra etapa para la cual no siempre estamos preparados. Es bueno
tener en cuenta que los tiempos han cambiado, nos han desbordado los cambios
sociales, la estructura y vida de las familias, pareciera que ni los niños, ni
los jóvenes ni siquiera los adultos somos los mismos. Y esto es bastante
complicado. Pero no es cierto que "todo tiempo pasado fue mejor", ni tampoco
que todo lo actual es absolutamente extraordinario o infalible.
De todas maneras la relación con nuestros nietos es un
vínculo afectivo muy especial, imposible de borrar. A pesar de que seguimos
siendo padres por que nuestros hijos adultos necesitan nuestra palabra de
aliento y nuestro apoyo en muchas oportunidades, la relación con los nietos es
diferente, es la ocasión para vivir lúdicamente con ellos, es decir participar
de sus juegos, escucharlos, contarles historias, trasmitir serenidad, vivencias y recuerdos. Las
personas mayores tenemos el pasado como tesoro y aunque contemos las mismas
cosas una y otra vez, es lo que quedará en los nietos como legado.
En el amor de los nietos, las preocupaciones son distintas y
deben serlo. Quien ve estas diferencias sabe ser abuelo. Hay que ser abierto y
flexible a otros puntos de vista porque nos van a enriquecer. Tengamos en claro
que las responsabilidades la educación de los niños la tienen loa padres) como
la tuvimos nosotros en su momento); hay que respetar sus formas de pensar
aunque no estemos de acuerdo. Puede ocurrir lo contrario, entonces ayudemos a
nuestros hijos a asumir su función de padres... No desautoricemos a los padres
delante de los nietos, más vale conversemos con ellos intercambiando opiniones
y seguramente alguna palabra nuestra podrá serles útil. Por otra parte, tenemos
derecho y necesidad de disfrutar de nuestras actividades, nuestras amistades o
las que tengamos y debemos contar con esos espacios,
Hay situaciones
especiales en que los abuelos deben hacerse cargo de los nietos. Es un esfuerzo
titánico, porque ya no tenemos la agilidad, ni la fuerza para el ritmo que
exige la crianza y educación de niños y adolescentes.
Ser abuelo o abuela es una oportunidad única para que surjan
muchas vivencias positivas, sin actitudes dominantes, autoritarias, egoístas o
conflictivas, Somos seres especiales, "una luz en el corazón" para los nietos y
así lo vivamos.-
“Abela”
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